miércoles, 20 de febrero de 2008

Y en campaña mas Memoria Histórica

Hago un hueco para actualizar con una de las tribunas que conseguí fuera publicada en La Nueva España; el tema no puedo negar que me apasione : La ley de Memoria Histórica.
No recupero esta columna simplemente para actualizar con algo ya hecho, sino porque en esta precampaña, que de “pre” no tiene nada, la Federación Socialista Asturiana a través de su Secretario General, Javier Fernández, apelaba a la Memoria Histórica para lograr la victoria en las generales del próximo 9 de Marzo en las Cuencas Mineras.
Esta Tribuna resume lo que, como atípico estudiante de 4º de Historia en la Universidad de Oviedo y miembro activo de Nuevas Generaciones, opino de “remover” la historia de nuestra nación con intereses partidistas.

Espero os sea interesante.


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La ley de la subjetividad histórica

II República, franquismo, guerra civil, fosas, fusilamientos, rojos, nacionalesÉ son palabras que en esta legislatura, que ya toca a su fin, se han repetido miles de veces y en las últimas semanas, ante la tramitación y aprobación de la llamada ley de la Memoria Histórica, aun más; reabriendo cicatrices de odio y venganzas de los años más negros de nuestro país.
Desde su entrada en la Moncloa, Rodríguez Zapatero tiene como punta de lanza de su labor al frente del Ejecutivo Central el desdibujar el proceso de Transición e intercambiarlo por otro donde él y sus extremistas socios de gobierno son protagonistas. Frente al proceso liderado por Adolfo Suárez donde se pretendía caminar hacia adelante con el acuerdo de la inmensa mayoría de los ciudadanos españoles, nuestro actual presidente de Gobierno propone y ejecuta un plan al que le es ajeno el período democrático y de progreso más largo de la historia de España y que se apoya en deudas y rencores de hace setenta años. Sin duda la ley de la Memoria Histórica es el bisturí con el que Zapatero recorta de la historia de España la Transición e intenta adosar electoralmente al Partido Popular un sentimiento, que no encuentra ni un solo punto de apoyo, de nostalgia del régimen franquista. La ley de la Memoria Histórica no sólo oficializa una visión sesgada de nuestra historia reciente, sino que conduce a la división, a la reaparición de las «dos Españas». Frente a la aceptada teoría de que la guerra civil fue el pulso entre dos visiones sociopolíticos ajenas a los principios democráticos, incapaces de entenderse y conscientes de eliminarse una a otra, la nueva ley de la Memoria considera el conflicto civil del 36 como la lucha de los defensores de las libertades frente a reaccionarios deshumanizados, obviando que en el bando republicano, al igual que en el nacional, se cometieron acciones que eliminaban la condición humana de aquellos que las realizaban. De forma acertada la nueva ley del Gobierno socialista condena el golpe de estado del 18 de julio de 1936 contra el Gobierno de coalición izquierdista elegido democráticamente, pero se olvida con interesado ánimo de los sucesos acontecidos en nuestra comunidad autónoma en octubre de 1934, donde socialistas, comunistas y anarquista se levantaron en armas contra el Gobierno de la República democráticamente constituido, en este caso de signo derechista.
Esta ley fomenta el homenaje a los republicanos asesinados y financia la excavación y exhumación de fosas comunes con restos de represaliados por el bando nacional, pero se olvida escandalosamente de aquellos que cayeron bajo las balas de las autoridades republicanas. Esta innecesaria ley olvida que todo hombre o mujer que haya dado su vida en defensa de unas ideas que entendía mejores para su patria es digno de homenaje y reconocimiento, y que no son necesarias exhumaciones pues toda fosa común, donde se encuentren los restos de unos u otros que dieron la vida por su particular manera de concebir España, goza de una enorme dignidad. Del mismo modo que todos aquellos notables caídos en esos negros años deben gozar de igual reconocimiento, pues si la España republicana perdió al genial poeta García Lorca, la España nacional perdió al no menos brillante escritor Ramiro de Maeztu.
No es necesaria esta ley para condenar algo que todo buen demócrata sabe: el régimen del general Franco fue una larga y dura dictadura militar. Pero la ilegalidad de un régimen impuesto con fusiles no debe conllevar su eliminación de la historia ni borrar su rastro de la geografía nacional. El franquismo debe recordarse y estudiarse tal y como fue, para aprender de sus errores y para reconocer en él, indiferentemente de sus dirigentes, el esfuerzo apoyado en el trabajo de todo un pueblo para progresar. La eliminación de todo aquello que recuerde al régimen autoritario puede ser un problema para muchos y sobre todo para la clase trabajadora, pues en las listas de símbolos que desde Madrid el PSOE ha encargado realizar a sus cargos en las comunidades autónomas pueden aparecer no solo estatuas ecuestres (exactamente iguales que las que adornan paseos de vías principales en Madrid con la imagen de generales golpistas como Prim, Espartero, Narváez) o calles con nombres de importante cargos del régimen (curiosamente en muchos casos cercanos familiares de los instigadores de esta ley), sino que pueden aparecer miles de bloques de viviendas sociales y de protección oficial, varias universidades como la Laboral de Gijón donde hoy el Gobierno autónomo socialista invierte millones de euros, decenas de embalses y pantanos que aportan agua a miles de cosechas y poblaciones, el mismísimo sistema de Seguridad Social e incluso el cupón de la ONCE.
No obstante esta ley que hace una izquierda anclada en el pasado, hace flaco favor a sus instigadores pues al remover en los lodos del pasado no sólo se encuentran las miserias de los contrarios, también las propias, de este modo salen a la palestra represiones internas dentro del bando republicano como el caso del POUM, colaboracionismo con la dictatorial URSS o la implicación de Santiago Carrillo, durante años santón del proceso de democratización, con asesinatos masivos durante la guerra civil.
Desde luego, la mal llamada ley de la Memoria Histórica reescribe subjetivamente un período delicado del que aún viven muchos de los que lo sufrieron y que durante años el consenso y el avance en común habían dejado aletargado, prestándolo únicamente a la discusión de aquellos que deben reflejar objetivamente los acontecimientos pasados: los historiadores.
Una gran Nación de ciudadanos libres e iguales como es España no puede permitir que una ley ejemplo de cuatro años de radicalidad y rupturas de consenso nacional y un gobernante anclado en viejos rencores y obsesionado con pasar a la trascendencia divida a los españoles.

lunes, 11 de febrero de 2008

Simplemente Voluntad



Hace unas semanas, en rueda de prensa, los miembros de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Mieres solicitábamos a la concejal de juventud, Nuria González, que reuniese a todas las asociaciones juveniles del concejo con el fin de que el Consejo de la juventud de Mieres retomase su actividad, paralizada desde hace cuatro años. En esta misma rueda de prensa exponíamos que nuestra petición de reactivar el Consejo no era nueva, en la legislatura anterior hicimos la misma propuesta de reunión de asociaciones a Diana González, entonces concejal delegada de juventud; nuestra petición fue rechazada, amparándose en la autonomía del Consejo Local. Desde ese momento, ante lo que entendimos como una falta de voluntad para potenciar un órgano que incentiva al movimiento asociativo juvenil y la participación de los jóvenes en las instituciones, llegamos a la conclusión de que al equipo de gobierno socialista del ayuntamiento de Mieres no le interesa que el Consejo de la Juventud se encuentre en activo; quizás porque el PSOE de Mieres carece de una sección juvenil en activo que represente sus intereses en el Consejo, quizás porque el Consejo de la Juventud podría hacerse eco desde la mas absoluta objetividad de datos como el paro juvenil en el concejo, el numero de jóvenes que abandonan, por razones laborales o de formación, cada año Mieres, la cantidad de actividades culturales y de ocio destinadas a los jóvenes que realiza el Ayuntamiento de Mieres…ambas razones son posibles y su combinación también.
Tras hacer pública, como antes decía, nuestra voluntad de que el Consejo de la Juventud retome su funcionamiento y exponer las que entendemos causas de su inactividad, Nuria González, actual concejal con delegación de juventud, a través de las páginas de este periódico (La Nueva España) respondía nuestra propuesta de la misma forma que un año atrás lo hacia la concejal de juventud en la legislatura pasada. La concejal socialista define al Consejo de la Juventud como un ente autónomo, ajeno a su delegación municipal y culpa al ala juvenil del PP de desconocer el funcionamiento del órgano; en Nuevas Generaciones conocemos perfectamente los estatutos del Consejo de la Juventud, tanto a nivel local como regional, pues en ambos hemos participado desde sus inicios; concretamente en la ultima asamblea constituyente del Consejo de la Juventud de Asturias NNGG de Mieres asumió ser portavoz de su organización ante este órgano. Allí, en aquella importante asamblea, echamos de menos la presencia de la concejal de juventud de Mieres, defendiendo a través de su organización, Juventudes Socialistas, los intereses de los jóvenes mierenses; quizás pesó la “vergüenza torera” y la ausencia fue fruto de la mínima voluntad que desde su delegación municipal ejerce para reactivar el Consejo a nivel local.
En su contestación publica a las demandas de Nuevas Generaciones, una indignadísima Nuria González, acuso a los jóvenes del PP de Mieres y a mi persona en concreto de no participar en la vida social y cultural del concejo, lo que en mi caso era para la concejal socialista aun mas grave siendo concejal; la Concejal de juventud justificaba su acusación en que NNGG de Mieres no formo parte del jurado del certamen Pop-Rock celebrado en fechas pasadas.
Nuevamente la Concejal Socialista se confunde, quiero pensar que únicamente por desconocimiento, pues Nuevas Generaciones no participo en el jurado del certamen musical porque entendimos que nuestro conocimiento no era suficiente para juzgar a profesionales, consideramos que el jurado debía ser formado únicamente por críticos y expertos en el tipo de música ha evaluar; quizás las palabras objetividad, imparcialidad, igualdad de oportunidades, rechazo al amiguismo y enchufismo sean desconocidas en el ideario del partido que Nuria González representa, desde luego en Nuevas Generaciones las conocemos, pues son la punta de lanza de la labor del Partido Popular tanto en su acción de gobierno como de oposición.
No obstante NNGG, a través de mi persona, si ha participado con enorme responsabilidad en otras actividades como el reciente premio literario Eugenio Carvajal, pues en este caso se trataba de elegir un relato corto escrito por jóvenes menores de 30 años.
Desde luego a los jóvenes del Partido Popular de Mieres nos habría encantado colaborar en mas actividades culturales y sociales organizadas por la concejalía de Juventud del Ayuntamiento de Mieres pero no es posible, simple y llanamente porque no existen; y es que la concejalía de Juventud inicia esta legislatura con una actividad dirigida por el mismo guión que la legislatura anterior, un guión raquítico e insuficiente.
Recomiendo a la concejal de juventud que siga día a día la labor que desde Nuevas Generaciones realizamos: nuestras propuestas, peticiones, los charlas, iniciativas solidarias…estoy seguro que encontrara ideas para dirigir una importante concejalía, como es Juventud, y tan hueca, desgraciadamente, a día de hoy.
Y es que los jóvenes del PP entendemos que es mas importante trabajar proponiendo, buscando el máximo interés de los ciudadanos que buscando la foto en un acto al que solo acuda uno mismo.
En mi caso, que tengo el enorme orgullo de haber sido elegido concejal, las propuestas las presento a través de las comisiones pertinentes o vía moción en el Pleno de cada ultimo jueves de mes; no obstante no son propuestas nuevas, son ideas trabajadas desde hace tiempo y presentadas con anterioridad desde Nuevas Generaciones; pues los jóvenes del Partido Popular, frente a otros recién llegados a la problemática juvenil del concejo, no necesitamos “pisar moqueta” para interesarnos y trabajar por las demandas de los jóvenes.

Finalmente, exponer que nuestra propuesta de reunión de asociaciones juveniles no suponía en ningún caso la intervención o control del Ayuntamiento en un órgano autónomo como es el Consejo de la Juventud; algunos, los mismo que dicen no a este concejo así lo han querido o así lo han entendido, haya cada uno con sus intenciones o subconsciente. Nuevas Generaciones solo solicitaba voluntad, eso tan importante en la labor de un político y que tanto parece escasear entre los que hoy nos gobiernan.

Nuevas Generaciones seguirán apostando por la puesta en marcha del Consejo de la Juventud de Mieres, órgano fundamental en una sociedad que apueste por los jóvenes y por su implicación en las instituciones, pues es la mayoritaria petición de las asociaciones juveniles del concejo.